domingo, julio 28, 2013



Pegarle al chancho, para que aparezca el dueño.


"Hay miles de personas que están nombradas en ese libro y no todas son genocidas. Eso no quiere decir que (Milani) haya sido cómplice de la dictadura. (Estela de Carlotto)

Las causas contra Milani están en la Justicia desde hace 30 años” (Juan Fresneda)



Las frases del copete no aportaron nada útil,  pero causaron un estrago irreparable. Banalizaron lo único que importa: saber la verdad sobre la desaparición del Conscripto Alberto Ledo, en Tucumán, el 17 de junio de 1976.  Ni Carlotto ni Fresneda

–ambos víctimas de la misma dictadura que se ensañó con Ledo- desplegaron ni una exigua expresión solidaria hacia la familia de Alberto. Nada.



El que dude, pregúntele a la familia: ¿Cuántos de los “fervorosos defensores de los DDHH” se comunicaron con la familia Ledo,

-especialmente con su madre, Marcela, integrante de Madres de Plaza de Mayo (sector  de Hebe de Bonafini)- para acompañarles en estos momentos de ansiedad?



¿Tanto cuesta aceptar la equivocación, en lugar de sostener, caprichosamente y a un precio altísimo,  la designación de una persona con –por lo menos-  gruesas fisuras en su historia?



A Alfonsín, la gran mayoría de los apoyos que  había cosechado con la CONADEP y los Juicios a las Juntas, se le evaporaron en instantes, al desdecirse éticamente, con el “Punto Final“ y la “Obediencia Debida”. En esos años, tal vez podía explicarse en la debilidad de la democracia. Había riesgos ciertos (y ocurrieron) de asonadas militares buscando la impunidad para sus crímenes. No me gusta, no estoy de acuerdo, pero lo comprendo.



Pero… ¿Ahora? ¿Es necesaria ésta claudicación de algunos integrantes del gobierno nacional y de emblemáticos militantes de la causa de los derechos humanos como Carlotto y Fresneda? ¿Cómo explicarlos?... ¿Cómo entenderlos? ¿Y el silencio público de Hebe de Bonafini? ¿Alguien los entiende? Yo no.





Cristina -en un buen gesto- recibió al famoso y marketinero nenito caprichoso que quería verla el 25 de mayo.  Tuvo tiempo para darle el gusto. ¿No hay  hueco alguno en su agenda para recibir a la familia Ledo y brindarles en privado las explicaciones que se merecen? ¿O abrazarlos y darles esperanzas de que se hará justicia con Alberto? No pido que salga en público por cadena nacional y en los balcones. Que lo haga en privado y listo. Al final de cuentas, estamos hablando de personas que han defendido al gobierno nacional durante diez años. Ahí están los archivos con decenas de comunicados, firmados por Marcela Ledo.



Las señoras de Ledo y  de Minué, con sus pañuelos blancos  ya recorrían, desde mucho antes,  la plaza principal de La Rioja, cuando ¿recuperamos? la democracia en 1983, en medio de la más infame soledad. A  éste cronista le consta, por haberles hecho compañía alguna vez, viendo el desamparo y deshonra claudicante de los riojanos. Pero hubo alguien que las escoltó siempre y sin descanso, en estos 30 años: el testigo Ramón Olivera, que denunció a César Milani en 1984. Víctima de sus “aprietes”, por decirlo con extrema suavidad.



¿A éstas intachables personas se les podía “acusar”, torpemente de que “se unieron para concretar una operación pretendidamente taquillera”, como afirmó, desaforado, el Secretario de DDHH riojano, Domingo Bordón, otra víctima de la dictadura?... ¿Se  merecían semejantes agravios, los familiares de Alberto Ledo?



¿Es justo que una horda de imbéciles “aplaude-todo” de algunos blogs y de las redes sociales, militantes virtuales y  neuróticos defensores del gobierno y de Milani, hayan llegado a poner en dudas la desaparición de Ledo, en un espeluznante juego de espejos argumental, renovando el: “por algo será”? Algunos ni siquiera habían nacido cuando la familia reclamaba en soledad, por la aparición de Alberto Ledo. ¿Era necesario llegar a semejantes extremos de bajeza?  Hielan la sangre, algunos. ¿Se merece esto Alberto?



Se cuestionó la integridad moral de la familia Ledo. Pero lo siniestro, lo que no admite excusas, es que lo hacen personajes que se guardaron, cobardemente, durante 24 de los 30 años de democracia. Sin contar a los que aparecieron,  desde la nada absoluta, en 2003, sin la menor trayectoria en Derechos Humanos. Siempre, por lo que se ve, los mayores aplaudidores son los que se subieron al tren, cuando ya todo estaba calmo en los cuarteles.



Se puede ser cobarde. Eso lo entiendo. Todos tenemos miedo o lo hemos tenido. Lo que no se puede, es ser hijo de puta, políticamente hablando.



Por incertidumbres menores que las que generan las mentiras de Milani, se echó a la hoguera a varios civiles y militares. Milani cambió tres veces  el “relato” sobre sus inocentes excursiones pictóricas tucumanas. Ya hemos demostrado en la anterior nota,  que en los legajos se falseaban destinos militares, cuando el personaje estaba integrando  escuadrones de la muerte en zonas de combate, como los montes tucumanos. ¿Por qué habría de ser diferente la historia de Milani?



Sus muchas mentiras son las que nos hacen dudar de lo que dice. ¿Cuál será su próxima versión? Primero, ni lo conocía a Ledo y luego fue el instructor del sumario por la fraguada “deserción”. ¡Vaya soldado pavote, Alberto Ledo! Se largó a desertar sin llevarse sus lentes ni robarse una miserable latita de picadillo, para comer por el camino, pero sí se llevó un par de medias, según dijo Milani. ¿A nadie “le hace ruido la cabeza” semejante mentira? A mí, me ensordece el estruendo….



Porque elementos nuevos, que han visto la luz, nos hacen acercarnos a algo más que “dudas razonables”.  Este cronista reveló nuevas mentiras y falsificaciones, hace cuatro días: la “desaparecida” primera foja del legajo de Milani, que aportó –ya sin ingenuidad- Horacio Verbitsky a través del CELS.





"Una vez, es error. Dos veces, es coincidencia. TRES VECES ES COMPLICIDAD"





La copia del legajo de Milani, que el CELS y Verbitsky le aportaron a la Presidenta y a los Senadores, NO CONTIENE  la primera foja. Empieza directamente desde la segunda, que asienta la actividad desde el 16/10/1976, es decir, cuatro meses posteriores a la “desaparición de Alberto Ledo. (N.del A.: Puede comprobarse en la foto adjunta, con los subrayados en rojo).



 Las fechas que SÍ importan  -para saber qué hizo Milani, cuando Ledo era su asistente- son las que van entre el 01/02/1976 hasta el 29/06/1976. (N.del A.: ruego ver las notas anteriores, ya publicadas)



 ¿Por qué le mienten, Presidenta? ¿Qué le están ocultando? No estamos hablando de un papelito intrascendente. Esa primera foja “perdida” contiene 22 renglones, de los que cabe suponer, están ocupados por unos 10 cambios de destinos, contando desde el egreso de Milani como Subteniente, en diciembre de 1975. ¿Por qué Verbitsky y el gobierno escondieron la foja más importante, la que define si Milani dice la verdad?  ¿Hay ya, suficientes motivos para desconfiar abiertamente de la “historia oficial” de Milani? ¿Qué más necesitan Fresneda y Carlotto? ¿Una confesión firmada?



¿Qué "destinos" contienen esos 22 renglones "desaparecidos"?... ¿Otras actividades pictóricas en Tucumán?... ¿O algo peor? Si Milani solo andaba pintando escuelitas, ¿Qué necesidad tenían de esconder la primera foja de su legajo?



Presidenta, pida con urgencia una investigación independiente, de personalidades respetables, antes de seguir adelante con el pliego de Milani. Todos se lo vamos a agradecer, porque acá hay gato escondido.  Corrijo: Subteniente y General “escamoteados”





 A propósito: ¿Milani le dijo a Página 12 que solo había estado 40 días en Tucumán, contados desde el 20 de mayo de 1976 y que "coinciden" (¡vaya sorpresa!) con la fecha en la que cierra el sumario por la supuesta "deserción" del conscripto ALBERTO LEDO?



 ¿Y entonces por qué figura en su legajo, volviendo en "comisión" a Tucumán desde el 16/12/1976 hasta el 11/01/1977? ¿Le quedó alguna escuela sin pintar?.... ¿O alguien quería borrar los rastros de la "deserción" de LEDO?



 Fiscal Federal de Tucumán y querellantes, ahí tienen más preguntas para Milani, “El Pintor"





Más datos de Milani



El 16 de octubre de 1976, estaba en el Batallón 141 de La Rioja. El 10 de noviembre de 1976, sale de licencia anual por 30 días y la pasa en Córdoba (Cabe presumir que en la casa familiar, de Cosquín)



Hay un bache de 6 días en su legajo: entre el 10 al 15 de diciembre de 1976. ¿Qué hizo Milani en esos 6 días, que no podía "asentarse" en su legajo? No me resulta creíble que –en los años de infierno- un subteniente se tomase 6 días de jolgorio, sin que mediare una orden, autorización, etc. o una  sanción por incumplir con la fecha de presentación en su nuevo destino: Tucumán... Al final de cuentas, a Ledo lo declararon “desertor” con solo 5 días de “ausencia”.



Pero, Milani el 16 de diciembre de 1976, aparece en Tucumán, "En comisión ZO Jurisdicción BRICINCO" mediante la  "OD N° 238/76", de acuerdo a su  legajo.



El 11 de enero de 1977, regresa a su destino de La Rioja. De alli para adelante, a los fines de la "deserción" de Alberto Ledo, momentáneamente no me interesa. Más adelante, lo veremos.



Reflexiones finales



Cristina nos genera mucha confianza porque es una mujer que ha sido víctima de la dictadura.(SIC) (...) Nosotras no nos movemos así, no nos movemos con presunciones. Si aparecen nuevas pruebas contra Milani, que hasta ahora no aparecieron, la situación del militar sería otra” (Estela de Carlotto)



Entre los defensores de Milani, ¿Nadie, ¡ni uno solo! se percató de que están defendiendo al máximo jerarca de los Servicios de Inteligencia militares, de la democracia? ¿Nadie se preguntó a quienes vigiló Milani en estos pasados 30 años? No me extrañaría que sus mismos defensores hayan sido los vigilados hace 12, 20, 30 años. O lo sean hoy, lo que explicaría muchas “defensas cerradas”. Se acumula mucha información sensible, en  treinta años.



Verbitsky y el CELS -aunque a regañadientes-, terminaron reconociendo que "se equivocaron" al informar sobre Milani y sus antecedentes. ¿Cuántas veces más “se equivocaron” en estos 30 años, cada vez que evaluaron si un militar estaba “limpio” para ascender al grado siguiente? Yo, por mi cuenta y sin recursos, ya encontré dos “errores” de Verbitsky y el CELS. A uno lo mencioné en la nota anterior. El otro es peor. Ya decidiré cuando hacerlo público.


Miren la segunda foto que acompaña ésta nota: Un Alberto joven, lleno de ilusiones y con la vida por delante. Quería ser profesor de Historia. A quienes defienden a Milani, solo por verticalidad política, ¿No se les arruga el corazón, sabiendo que éste hombre podría saber la verdad? Peor aún: ¿Y si mañana la justicia demostrase que Milani tuvo algo que ver con la desaparición de Alberto Ledo?...



La frase del título de ésta nota, no es inocente. Es un dicho campestre, de uso habitual en La Rioja. Apaleando al chancho, aparecerá el dueño a ver qué pasa con su chancho que chilla.



Fiscal Federal  de Tucumán: Es su turno, señor! Todo huele feo, demasiado feo, Presidenta.... Haga algo, por favor. Gracias.

OMAR BARBERIS
Periodista (Chilecito – La Rioja)


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