miércoles, septiembre 27, 2006

28.09.1966 - 40 años del Operativo Cóndor

Nota del autor, publicada por El Independiente de La Rioja, el lunes 25.09.06
http://www.elindependiente.com.ar/diario/archivo/noticias_v.asp?99364


Volar como los cóndores...



"-Rumbo uno cero cinco- ordenó Dardo Cabo, alias Lito, un joven alto y delgado de 25 años, periodista y afiliado a la Unión Obrera Metalúrgica, jefe del comando juvenil. Lo secundaba Alejandro Giovenco, de 21 años, de baja estatura pero fornido, apodado El chicato a causa del grueso aumento de sus lentes. El comandante Ernesto Fernández García obedeció la orden y enfiló la nave, con 35 pasajeros a bordo, rumbo a las Malvinas", nos cuenta el periodista Roberto Bardini.
Era el 28 de septiembre de 1966. Y un grupo de 18 jóvenes peronistas -incluyendo a una chica- iniciaron uno de los hechos más destacados de la Resistencia Peronista, cubierto hasta hoy por un manto de deliberado olvido e ingratitud.
Contemos la historia del Operativo Cóndor:
Cuarenta años atrás, en la madrugada de ese 28 de septiembre, el grupo comando -en uno de los primeros secuestros aéreos del siglo XX- desvió en pleno vuelo un avión DC-4 de Aerolíneas Argentinas en viaje desde Buenos Aires a Río Gallegos. Y lo hicieron aterrizar en las Malvinas.
Fueron a reclamar nuestra soberanía, después de 133 años, con un acto efectivo y concreto, bien lejos de las huecas pedanterías de los discursos. Al llegar, izaron banderas argentinas en suelo malvinense y rebautizaron a Puerto Stanley como Puerto Rivero, en homenaje al gaucho entrerriano que gobernó las islas durante unos meses de 1833 y 1834, luego de rebelarse contra los usurpadores ingleses.
Los Cóndores llevaban armas, pero ninguna de ellas causó víctimas, porque no fueron disparadas.
Sigamos leyendo a Roberto Bardini, que lo relata mejor que yo:
“El Operativo Cóndor tenía previsto tomar la residencia del gobernador británico y ocupar el arsenal de la isla, mientras se divulgaba una proclama radial que debería ser escuchada en Argentina. El objetivo no se pudo cumplir porque el avión, de 35 mil kilos, se enterró (...) La nave, además, fue rodeada por varias camionetas y más de cien isleños, entre soldados, milicianos de la Fuerza de Defensa y nativos armados.(...) los restantes pasajeros -entre los que se encontraba Héctor Ricardo García, director del diario Crónica y de la revista Así- se alojaron en casas de kelpers, mientras los cóndores permanecían en el avión. (...) Al día siguiente, luego de formarse frente a un mástil con una bandera argentina y entonar nuevamente el himno, el grupo entregó las armas al comandante aviador Fernández García, única autoridad que reconocieron. Los muchachos fueron detenidos bajo una fuerte custodia inglesa durante 48 horas en la parroquia católica.
El sábado a mediodía, el buque argentino Bahía Buen Suceso embarcó a los 18 comandos, la tripulación del avión y los pasajeros rumbo al sur argentino, adonde llegaron el lunes de madrugada. Los jóvenes peronistas fueron detenidos en las jefaturas de la Policía Federal de Ushuaia y Río Grande, en el territorio nacional de Tierra del Fuego.
Interrogados por un juez, se limitaron a responder: ‘Fui a Malvinas a reafirmar nuestra soberanía’. Quince de ellos fueron dejados en libertad luego de nueve meses de prisión. Dardo Cabo, Alejandro Giovenco y Juan Carlos Rodríguez permanecieron tres años en prisión debido a sus antecedentes político-policiales como militantes de la Juventud Peronista.
(...) La vorágine de los años 70, efímera y feroz, provocó que los miembros del grupo comando tomaran diversos rumbos políticos.
Cuatro después del Operativo Cóndor, unos lucharon por la patria socialista y otros por la patria peronista. El 20 de junio de 1973, cuando el general Juan Domingo Perón regresó definitivamente a Argentina y lo que debió ser una histórica fiesta popular se transformó en una orgía de pólvora y sangre, una parte de ellos estuvo arriba del palco de Ezeiza y el resto permaneció abajo, cuerpo a tierra.
Aquellos jóvenes idealistas que en la primavera de 1966 se convirtieron en hombres de acción y se jugaron la vida en las Islas Malvinas unidos por el amor a esa porción de patria desmembrada, fueron desunidos por recíprocas acusaciones de infiltrados. Unos terminaron como guardaespaldas en sindicatos del peronismo ortodoxo; otros, ingresaron a organizaciones guerrilleras.
(En 2003) Hoy sobreviven 11 cóndores. De los siete que ya no están, sólo dos fallecieron de muerte natural o enfermedad. Los cinco restantes, de un lado y de otro, murieron en forma violenta”, concluye Roberto Bardini.
Pero volvamos a ese día de 1966. Cuando estos hechos ocurrieron, la dictadura del general Onganía llevaba apenas tres meses en el poder, luego de derrocar al Presidente Dr. Illía. Y Felipe de Edimburgo, marido de la entonces (y actual) reina de Inglaterra, “visitaba” Buenos Aires para jugar al polo.
Y encima, en el avión viajaba el Contralmirante Guzmán, gobernador de facto de Tierra del Fuego “e Islas del Atlántico Sur”, quien al fin se encontraba en una parte del suelo argentino que gobernaba en los papeles y que nunca imaginó pisar.
¡Gran escándalo!, el causado por estos Peronistas que nada sabían de los finos modos diplomáticos.
Don Arturo Jauretche, contó en una nota de 1967 que el deplorable Guzmán, en lugar de jugárselas ejerciendo concretamente la soberanía sobre las Malvinas que supuestamente “gobernaba”, optó por irse a tomar el té con el gobernador inglés. La historia se encargó de borrar a Guzmán, de la memoria popular, por su mariconada.
Así recordó los hechos, hace un par de años, Edelmiro Navarro, uno de los Cóndores: "Los hombres que integramos el Comando Cóndor aquel septiembre de 1966 proveníamos, en su mayoría, de una lucha canalizada a través del Movimiento Peronista, nuestras metas en la vida se habían esfumado, dejamos trabajo, estudios, ilusiones de adolescentes, baile, novia, todo, todo... nuestras vidas fueron puestas al servicio del pueblo y de Perón. (...) Recuerdo cuando bajamos del avión al grito de "Las Malvinas son Argentinas! ¡Viva la Patria!”
Estos fueron los 18 jóvenes que formaron parte del Operativo Cóndor, con sus edades y ocupaciones al momento del hecho:
Dardo Manuel Cabo, 25 años, periodista y metalúrgico (jefe del grupo);
Alejandro Armando Giovenco, 21, estudiante (subjefe del grupo);
María Cristina Verrier, 27, periodista y autora teatral (tercera al mando);
Juan Carlos Rodríguez, 31, empleado;
Pedro Tursi, 29, empleado;
Aldo Omar Ramírez, 18, estudiante;
Edgardo Jesús Salcedo, 24, estudiante;
Ramón Adolfo Sánchez;
Edelmiro Ramón Navarro, 27, empleado;
Andrés Ramón Castillo, 23, empleado;
Juan Carlos Bovo, 21, obrero metalúrgico;
Víctor Chazarreta, 32, metalúrgico;
Pedro Bernardini, 28, metalúrgico;
Fernando José Aguirre, 20, empleado;
Fernando Lizardo, 20, empleado;
Luis Francisco Caprara, 20, estudiante de ingeniería;
Ricardo Alfredo Ahe, 20 estudiante y empleado, y
Norberto Eduardo Karasiewicz, 20, obrero metalúrgico.
Todos Peronistas, por supuesto…
En los libros de historia y en los manuales escolares casi ni se mencionan estos hechos que hemos relatado. Los 18 Cóndores Peronistas, aún hoy, quieren ser eliminados de la memoria popular. Contando su historia pretendo, muy modestamente, ayudar a evitarlo.
En lo personal, no me importa el sendero ideológico que cada uno de ellos eligió en los años posteriores. Eso en nada modifica mi respeto y admiración por su coraje, en ese 28 de septiembre de 1966.
Porque mientras otros hablaban, huecos y presuntuosos -y aún lo hacen, con indoblegable cinismo- los Cóndores Peronistas arriesgaron sus vidas y padecieron la cárcel. Le pusieron el cuerpo a sus ideales.
Lo dejaron todo por la causa y nunca reclamaron reparaciones económicas, ni reconocimientos oficiales, ni nada. Y eso, al final, es lo único que vale.
Por: Omar Barberis
Periodista
Chilecito
omarbarberis@yahoo.com.ar

martes, septiembre 12, 2006

Para facilitar la lectura, subo aquí la réplica recibida en los comentarios. Así, quién desee opinar, podrá hacerlo con iguales posibilidades que yo.

El usuario anónimo dijo...

Lamento la demora, pero estuve viajando. Me sorprende que la frase final de su último post no haya sido contestada por alguien más, antes que yo. Porque decir que:"¿Cuál es la diferencia entre legitimar los asesinatos en masa de la dictadura con gestos, comunicados y brindis de homenaje, con la frase: "aniquilar la subversión", del ya conocido decreto?.
Yo no la veo. Ambas abrieron la jaula." ES UN DESPROPÓSITO!!

ud. es una persona inteligente, se lo puede percibir desde la lectura de sus artículos en El Independiente, pero esa frase es AL MENOS OBTUSA. ¿cómo colocar en igualdad de responsabilidades al Estado que redacta de esa forma un DECRETO, y las opiniones de un grupúsculo apenas nominado de individuos sin ninguna responsabilidad y que apenas podían representarse a sí mismos??

No, mi estimado amigo, la jaula se abrió por la irresponsabilidad y la traición de un solo lado del espectro político nacional. Quienes redactaron el Decreto SON responsables y DEBEN hacerse cargo. Y sus herederos políticos también. Cualquier razonamiento en contrario abona la teoría de los dos demonios y eso es absolutamente impensable a estas alturas de los acontecimientos.
septiembre 12, 2006 8:54 AM


Bien, hasta acá la opinión de "anónimo". Ahora él tiene iguales posibilidades de ser leido que yo.

¿Vale?. Gracias.