17 DE OCTUBRE
Hoy es 17 y ya van sesenta y
ocho años, carajo, parece mentira. Y se llena el país de actos, homenajes, Marcha
cantada en un par de estrofas porque ni la letr,a saben algunos y todo eso, pero a mí no me importa, porque
hoy es 17 de Octubre.
Nadie recordará hoy, a los que quiero mencionar: los anónimos
militantes que hicieron la VERDADERA Resistencia Peronista. La que empezó en la
noche del golpe del 55 y
continuó hasta que volvió el General a la Patria.
Esa Resistencia de la que
algunos, 18 años después, se creyeron los dueños, pero es de otros de los hoy
te que quiero hablar. Dejame que te
cuente. Tal vez te interese.
El 17 de octubre no nos
pertenece a ninguno de nosotros, sino a todos los viejos militantes que
debutaron en 1955, arrojando piedras, o fueron cagados a palos y encarcelados
por la cana brava de Aramburu y Rojas, solo por cantar la Marcha.
El 17 es propiedad
excluyente de los que, sin pedir nada a cambio, sin que nadie los guíe, decidieron
que iban a pelear por el regreso de Perón, porque sí, porque eran leales y
agradecidos.
Dejame que cite a alguien y
luego sigo con mis propios recuerdos, si tenés la paciencia de leer hasta el
final:
“Más
de cien mil dirigentes obreros son destituidos. Grupos civiles, entre los que
se encuentran conservadores, radicales, socialistas y comunistas, asaltan
sindicatos. Se desata la cacería: funcionarios, dirigentes políticos, empleados
públicos, educadores, gremialistas, militantes y simples simpatizantes son
perseguidos y encarcelados; aumentan las denuncias sobre torturas brutales.
Eran tantos los presos, que los golpistas reabrieron el terrible penal de
Ushuaia.
El
golpe —como cada sedición cívico-militar de la historia argentina— vino para
implantar nuevamente el modelo de entrega del patrimonio nacional, demoliendo
las conquistas sociales y laborales del peronismo derrocado. Los grandes
empresarios y terratenientes recuperan sus grandes negociados con las potencias
extranjeras. La antipatria de 1930, regresa en 1955. Volverá a hacerlo en 1966
y 1976.”
Sigo yo: Frente a tanta
ignominia, desconocidos obreros y militantes inician la Resistencia Peronista.
Con sus dirigentes encarcelados, los humildes asumen la lucha. Como siempre…
Desde los más profundos
rincones, desde el fondo de los barrios y fábricas, surgen miles de seres
anónimos, en una rebelión popular que no tiene semejanza alguna en la historia
nacional. Había que enfrentar a la dictadura. Y lo hacen con un coraje
incomparable. Infinidad de desconocidas historias de heroísmo, se tejen en esos
años.
La Resistencia Peronista
continuó hasta 1973, sostenida por esos anónimos obreros y militantes, pero esa
ya es otra historia.
Como dijo hace años el
notable periodista Enrique Oliva: “Cuando se dice Resistencia Peronista (y con
mayúsculas), es porque sus iniciadores fueron exclusivamente peronistas. Los
demás partidos políticos, sin excepción, aplaudieron la caída del gobierno
popular y colaboraron en la Junta Consultiva avalando sus atropellos. (…)
A los justicialistas no se
les reconocía ni siquiera la más mínima condición de ser humano y en esa tarea
contribuyeron todos los partidos políticos, las corporaciones económicas. La
Iglesia, silencio absoluto. (…)
¿Qué fue de aquella rebelión
del 55? Cumplido el objetivo del retorno de Perón a la Patria, cada uno se fue
a rehacer sus hogares. (…) Los resistentes peronistas jamás pidieron
compensación alguna y menos en dinero. Que esto quede claro. Hoy son abuelos
envejecidos, en su inmensa mayoría viven en la pobreza, enfermos, olvidados. No
obstante, ellos y sus hijos hicieron cuanto pudieron cuando la Patria los
precisó. Y volvieron a la lucha una y otra vez.
Pero, ¿por qué hoy se margina
a los peronistas del 55? Ven como una reiterada discriminación desmoralizante,
inmoral, el dictarse leyes que han dado “reparaciones económicas” a luchadores
a partir de los años 70. ¿Y los años de plomo anteriores no existieron? ¿Se los
borró de la historia como a los federales del siglo XIX?
¿Ha sido un pecado
imperdonable que la Resistencia del 55 fuera exclusivamente peronista? Nadie se
explica ese maltrato. Tampoco el dejar un vacío histórico entre 1955 y 1970”,
concluye Oliva en su nota. Palabras que hago mías.
Y acá vienen mis recuerdos.
Dejame
que te cuente hoy, de los “chumados” del bar La Alicantina, enfrente de mi casa infantil, acá en
Chilecito, que al cabo de una noche de tomar vinos, alguno empezaba masticando
en un murmullo, “La Marcha”. Y yo la sentía “bramando” bajito y me iba a espiar
por la ventana, mocoso de 8, 10 años, ponele, porque sabía que se estaba por
armar quilombo.
Y a La Marcha, al principio,
la bramaban bajito, con esa furia contenida durante años, porque les habían
quitado al General. Pero después, arrancaban a cogote pelado, porque iban subiendo
hasta llegar a: “Mí General, cuanto valés”.
Y ahí sí, la cantaban con esas
ganas que solo salen del fondo del alma, algunos llorando, hasta que alguno
soltaba desde el fondo de su alma triste, con toda la furia el grito que hice
mío: “¡VIVA PERÓN, MIERDA!”, y llegaba
la cana y se armaba el quilombo.
Dejame que recuerde y
homenajee hoy, a esos chumados anónimos, que los arreaban a patada limpia y palos en el
lomo, a los calabozos de acá, por cantar
La Marcha Peronista en pedo. Y allí se quedaban dos días, hasta el siguiente
fin de semana, donde volvían a empezar. Y así, durante años.
Dejame que hoy homenajee a
ese “anónimo” –que después, mucho después, supe quién era- que solito mi alma,
en la tarde del golpe del 55, paró solo, sí señor, él solito, con un 38 en la
mano a la turba gorila que llevaba enlazado del cuello al busto de bronce de Evita, que habían
arrancado de acá, de la plaza principal. Fue en la esquina de mi casa, donde
estaba el Mercado Municipal y hoy está el Concejo.
Y el macho “anónimo”, se
paró solo frente a la turba –tenían metralletas- les apuntó calladito con su 38
y les hizo señas de que soltaran el busto. Los gorilas lo soltaron, lo agarró,
lo subió al vehículo que lo esperaba y salió rajando a esconderlo. Después lo encanaron, varias horas más tarde.
Le dieron más palizas de las que puedo contar, para que cante dónde carajos
estaba el busto. Pero ya lo había enterrado. Y lo hizo tan bien, que se murió,
ponele, en 2006 y no lo entregó ni mierda, para que no lo agarren los que lo
iban a bastardear con sus discursos hipócritas.
Y por allí está: escondido
para siempre, el busto que prueba que acá vivió un macho que se les animó
solito, a toda una turba gorila armada, solo para evitar que mancillaran a
Evita.
Dejame que hoy homenajee a
ese otro luchador “anónimo” –bah, no tanto- que cada noche pintaba con carbón el frente de su propio negocio ahí, a un par
de casas de la mía. Y lo enchastraba bien con el “Perón Vuelve” y cada mañana
llegaba la cana y lo blanqueaba y el dueño del negocio ponía cara de boludo,
pero había sido él.
Y a la noche, otra vez escribía su propio frente y así, cada noche y cada mañana
durante tantos años. Hasta que un día la
cana se pudrió y ya no vino más. Y ahí quedó esa pintada, que preservamos
mientras el “anónimo” vivió, pero nunca falta un boludo que vino y la tapó
después, pero no importa.
Dejame que homenajee a ese
viejo cuyo nombre no recordaré, que en La Plata, por ahí cerquita, hace 40 años, me enseñó como fabricaban ellos “los
caños” Peronistas y se reía de mí, pendejo arrogante, que se las creía saber a
todas, pero no sabía un carajo.
Y me contó cómo los armaban y cómo los ponían y
el desparramo de cascotes y revoques que dejaban con un pedacito de caño
galvanizado, una mecha, un agujerito y bastante pólvora.
Dejame que homenajee a las
muchas mujeres anónimas, como la que
conocí hace 3 semanas, en un caserío perdido de Los Llanos ásperos de ésta
Rioja Rebelde.
Esa mujer de 82 años -postrada
en la cama- que me contó su historia y yo la filmé, narrándome que era obrera textil en el Gran Buenos Aires, cuando llegó
el golpe del 55. Y cómo saboteaban las máquinas de su patrón, que era gorila y
tenía una foto enorme de Rojas y Aramburu en el taller.
Y el tipo enloquecía tratando de saber cómo hacían pero
no había manera, porque sus obreras eran todas Peronistas hasta el upite
y a la mierda.
Hasta que se avivó y quitó
la foto de los dos infames y se acabaron los sabotajes y el gorila entendió que
con las mujeres Peronistas no se jode.
Dejame, no me hagás callar
que hay mil historias más para contarte.
Porque hoy es 17 de Octubre y éste día
es de ellos: de los que te conté acá. De los miles cuyas historias nunca
llegaré a conocer, de los anónimos, de los perseguidos, de los olvidados y abandonados
al costado del camino por una dirigencia que les teme, porque sabe que se las
bancaron 18 años cuando las cosas estaban feas en serio.
Y que hoy, luchadores de la Resistencia Peronista, aún
resisten callados, sin pedir ni esperar homenajes ni indemnizaciones ni
reconocimientos, ni que los inviten a un acto.
Son ellos, los que pintaron
la mejor pintada que refleja como ninguna lo que fue la Resistencia Peronista.
Es
esa foto que está allá arriba: la de “a Villa Manuelita le chupan un huevo”.
No hay otra que sintetice
mejor lo que fueron esos años.
Para todos ustedes, compañeros que no leerán
esto porque ni computadoras tienen, o ya se me murieron, acá estoy, firme como soldado y la puta madre,
les digo “¡Presente, Carajo!.
Este 17 de Octubre les pertenece. Gracias por
haber resistido. Por eso, por ustedes, hoy estoy aquí”
¡VIVA PERÓN, MIERDA!
Omar Barberis
Periodista
Chilecito (La Rioja)
omarbarberis@gmail.com
omarbarberis@gmail.com