domingo, diciembre 22, 2013


¿A CUÁNTO “COTIZA” UNA MADRE DE DESAPARECIDO?

¿A cuánto cotiza una Madre de Desaparecido? ... ¿Vale lo mismo Marcela de Ledo que H.B.?...¿Vale Menos?... ¿Valdrá más?

NO voy a mencionarla por su nombre. Aún sigo respetándola, pese a que su claudicación ética, ya debiera haberme liberado.

Aunque cada día se supere a sí misma, con una frase más ignominiosa que la anterior en éste tramo final de la vida, donde uno desea que lo recuerden de cierto modo, cuando ya no esté. Pero no. Seguiré SIN criticarla en público. No puedo hacerlo, aunque explote al leerla. No puedo. No lo voy a hacer…

El jueves, H.B. dijo: "Los que cobraron la reparación son los que no quieren a Milani, son tan dignos... pero vendieron la sangre de los hijos, hay alguna diferencia"

¡Putamadre! ¡Qué fuerte es tragar semejante expresión! Tardé dos días en poder escribir con algo de calma.

Mientras H.B. lo decía, casi al mismo tiempo, yo estaba acompañando en La Rioja capital a doña Marcela de Ledo, a su hija Graciela Ledo y a los otros poquitos compañeros que hicieron la ronda de los jueves, de Madres de Plaza de Mayo (La Rioja). Me honraron permitiéndome caminar adelante, junto a Graciela y doña Marcela. Elegí -muy a conciencia- cuál es “mi lugar”, desde ahora hacia adelante. Que es el mismo de siempre…

Dimos una vuelta completa a la plaza principal de La Rioja, bajo una llovizna tenue y la garúa helada de la indiferencia de los riojanos. Miraban y pasaban de largo. La mayoría, ni siquiera las miraban. Otros "esquivaban" a esa Madre, a su hija, a quien esto escribe y a las personas que caminaban detrás.

No es lo mismo que te la cuenten, que haber estado allí, al lado de esa Madre, recibiendo cada impacto de esos. Juro que sentí el frío siniestro corriéndome por la espalda. Pude sentirlas clavarse -una a una y sin piedad- a las mil puñaladas de hielo de la infame cobardía de “Los Imperturbables”.

Comprendí -en tan solo una ronda a la plaza- el peso lacerante de la carga de la madre y hermana, de Alberto Ledo, el colimba “desaparecido”. Sentí en mi estómago y en mi alma, apenas… tan solo, una minúscula parte de lo que padeció ésta familia, caminando, estoica, digna, durante 37 años.

¡Carajo, qué duro es!

Llevan 30 años, dando la vuelta a la plaza de la vileza. Fueron 1.530 jueves, contados uno a uno, baldosa a baldosa… mirada esquiva a mirada esquiva, metro a metro, avanzando serenas, frente al silencio cómplice, al desprecio innoble, al servilismo infame.

Yo, tan solo hice un jueves, una ronda a la Plaza y quedé destruido, anímicamente. Estaba equivocado. Aún me faltaba aprender la lección. La lección de la Esperanza.

Doña Marcela tiene 83 años. Sus piernas ya le “traicionan” y solo puede hacer la ronda de los jueves, apoyada en un bastón y en el brazo de su hija Graciela. Tal vez mañana o el año próximo no podrá caminar con su pies, pero estoy seguro que hará su ronda en silla de ruedas, alzada en brazos o arrastrándose. Dará la vuelta, una y otra vez, con las alas del alma.

Allí seguirá, firme como una roca, sin desfallecer en su rugido de Verdad, Memoria y Justicia, para su hijo Alberto Ledo. Porque ésta Madre es una verdadera leona. No la vencieron, no la vencerán, peleará hasta su último aliento por el hijo que le arrebataron.

Dejame que te cuente, por qué creo en lo que acabás de leer. Porque al terminar la ronda, ya bajo una llovizna que era lluvia, doña Marcela se sentó en un banco de la plaza, en exactamente el mismo lugar donde la vi, por primera vez, hace 30 años atrás… Frente a la casa de gobierno.

Me miró, me invitó a sentarme a su lado, me cubrió de la lluvia con su paraguas y me preguntó:

- “Usted que es de Chilecito, ¿Lo conoció a Alberto”?

- No, doña Marcela, creo que no. Alberto era dos años menor que yo, seguramente nos habremos cruzado por las calles, pero no sé si lo conocí. No lo sé.

- ¿Y por qué hace lo que hace?

- Porque tengo muchos “Albertos amigos” desaparecidos. Todo lo que pueda hacer por su hijo y usted, es como que lo hago por mis "Albertos".

Periodista de alma, al fin, no resistí hacer la pregunta:

- ¿Y usted qué opina de lo que hizo H. B.?

Y doña Marcela me dio su respuesta, que guardaré para siempre en mi corazón. Y yo insistí…

- Yo me sentía destruido, anímicamente, cuando ayer (por el miércoles 18) aprobaron el pliego de Milani

Y en ese momento, extraordinario, los dos solos, sentados bajo la lluvia de esa Rioja, recibí una lección que no olvidaré nunca. La lección de la Esperanza.

Doña Marcela me miró… Y me empezó a explicar, con nfinita paciencia, por qué, pese a la tristeza de las palabras infames, frente a las claudicaciones de "Los Sórdidos", ella seguirá luchando, como lo hizo todos estos años.

Me habló con inmenso amor, casi, casi, como si yo hubiera sido su hijito, al que no lo dejaron volver. El que le arrebataron "Los Malvados". Me dijo palabras tan sencillas, que yo jamás lograré reproducir.

Me enseñó que es cierto, nomás, que la lucha se pierde cuando uno la abandona. Me inyectó una dosis enorme de esa fuerza de leona que la hizo caminar, junto a su hija Graciela y a las otras Madres de La Rioja, 1.530 jueves, baldosa a baldosa, enfrentando al miedo, a los cínicos, a los que abandonaron todo, a los que alquilaron sus conciencias por las 30 monedas. O por un cargo. O porque sí, porque eran unos miserables y no lo sabíamos.

Y me explicó lo que ya sabía, pero necesitaba escucharlo de su boca:

- “Yo nunca cobré ni cobraré la reparación por Alberto. Hemos pasado muchas necesidades, a veces sin tener para comprar un remedio, comiendo lo poco que había, pero no voy a firmar un papel y recibir un dinero, para decir que mi hijo está muerto y que yo lo acepto”

Y siguió, doña Marcela de Ledo, durante minutos que me parecieron años, bajo esa lluvia cada vez más intensa, que ni nos mojaba el alma, mucho menos el cuerpo… Hablándome, enseñándome lo que es la DIGNIDAD, así, con mayúsculas. Sin rencores, sin venganza, sin flaquear nunca.

Por eso le llamo “MADRE CORAJE”. Porque es una leona imbatible, a la que no derrotarán jamás.

Puede que su cuerpo no resista el tiempo, Puede que mañana, o dentro de 5 años, Dios la llame junto a su hijo. ¿Cómo saberlo? Puede ser que la sigamos viendo 10, 15 años más, en sus rondas de las Madres de La Rioja. No hay modo de saberlo.

Sí sé que quiero conservar una minúscula partecita de semejante Corazón. Ella me lo regaló y acá lo tengo. Diciéndolo en palabras, que no alcanzan.

Por eso me dañaron las palabras miserables de H.B. diciendo que Madres como doña Marcela de Ledo, se mancharon las manos con la sangre de sus hijos, cobrando la “reparación”. NO es cierto, H.B. vos lo sabés y sabés que estás mintiendo. ¿Tanta es tu sordidez de hoy? ¿Adónde fue a parar ese emblema que fuiste, para todos nosotros, durante tantos años?

Porque H. B. , también dijiste el jueves: “para ver si terminamos con estos periodistas de mierda, que no son periodistas ni son nada”. Yo soy Periodista, H.B. pero ya no podés dañarme con tus palabras.

Elijo nomás, ser “una mierda y una nada”. Decidí que voy a quedarme del lado de doña Marcela de Ledo.

ESTA es mí vereda. La misma de siempre. Si vos cruzaste la calle, allá vos. Yo no. Me quedo a abrazar a ésta Madre

Hasta siempre, H.B. Qué los dioses perdonen tu ruindad de hoy.

Milani, vos sabés dónde está el hijo de Doña Marcela. Hablá, no seas cobarde.

ALBERTO LEDO, ESTÁS PRESENTE…


EXPLIQUÉNLE A ELLA...
Se Llama MARCELA DE LEDO, es la mamá de ALBERTO LEDO, el conscripto "desparecido" en Tucumán, y cuyo "sumario de desertor" (TRUCHO), firmó CESAR MILANI.



Además de lo de Olivera...

(publicado el 18/12/2013 en  https://www.facebook.com/omarbarberisTV)

Los que se llenan la boca alabando 10 años de política de DDHH (¡¡¡que YO COMPARTO, carajo!!!), explíquenle a Doña Marcela y a Graciela Ledo, hermana de ALBERTO, por qué es "TAAAN necesario" aprobar hoy el "Ascenso" de César Milani .


"Puedo, si es necesario, renunciar o postergar esquemas políticos cuya verdad es al fin conjetural. No puedo, ni quiero, ni debo renunciar a un sentimiento básico: la indignación ante el atropello, la cobardía y el asesinato.


También he aprendido que las distancias partidarias son quizá las más superficiales que separan a los hombres. Son otras las diferencias que importan: las insalvables, irreductibles diferencias de carácter. En gente que piensa lo mismo que yo sobre la mayoría de los problemas abstractos, he encontrado un alarmante pragmatismo frente a situaciones concretas que exigen reacciones casi instintivas, capaces de justificar la condición humana.


Lo demás, en este preciso instante, no me interesa."

(RODOLFO WALSH)

jueves, octubre 17, 2013



               17 DE OCTUBRE



Hoy es 17 y ya van sesenta y ocho años, carajo, parece mentira. Y se llena el país de actos, homenajes, Marcha cantada en un par de estrofas porque ni la letr,a  saben algunos  y todo eso, pero a mí no me importa, porque hoy es 17 de Octubre.


Nadie recordará hoy,  a los que quiero mencionar: los anónimos militantes que hicieron la VERDADERA Resistencia Peronista. La que empezó en la noche del golpe del 55 y 
continuó hasta que volvió el General a la Patria.


Esa Resistencia de la que algunos, 18 años después, se creyeron los dueños, pero es de otros de los hoy te  que quiero hablar. Dejame que te cuente. Tal vez te interese.


El 17 de octubre no nos pertenece a ninguno de nosotros, sino a todos los viejos militantes que debutaron en 1955, arrojando piedras, o fueron cagados a palos y encarcelados por la cana brava de Aramburu y Rojas, solo por cantar la Marcha.


El 17 es propiedad excluyente de los que, sin pedir nada a cambio, sin que nadie los guíe, decidieron que iban a pelear por el regreso de Perón, porque sí, porque eran leales y agradecidos.


Dejame que cite a alguien y luego sigo con mis propios recuerdos, si tenés la paciencia de leer hasta el final:

“Más de cien mil dirigentes obreros son destituidos. Grupos civiles, entre los que se encuentran conservadores, radicales, socialistas y comunistas, asaltan sindicatos. Se desata la cacería: funcionarios, dirigentes políticos, empleados públicos, educadores, gremialistas, militantes y simples simpatizantes son perseguidos y encarcelados; aumentan las denuncias sobre torturas brutales. Eran tantos los presos, que los golpistas reabrieron el terrible penal de Ushuaia.


El golpe —como cada sedición cívico-militar de la historia argentina— vino para implantar nuevamente el modelo de entrega del patrimonio nacional, demoliendo las conquistas sociales y laborales del peronismo derrocado. Los grandes empresarios y terratenientes recuperan sus grandes negociados con las potencias extranjeras. La antipatria de 1930, regresa en 1955. Volverá a hacerlo en 1966 y 1976.”

Sigo yo: Frente a tanta ignominia, desconocidos obreros y militantes inician la Resistencia Peronista. Con sus dirigentes encarcelados, los humildes asumen la lucha. Como siempre…


Desde los más profundos rincones, desde el fondo de los barrios y fábricas, surgen miles de seres anónimos, en una rebelión popular que no tiene semejanza alguna en la historia nacional. Había que enfrentar a la dictadura. Y lo hacen con un coraje incomparable. Infinidad de desconocidas historias de heroísmo, se tejen en esos años.

La Resistencia Peronista continuó hasta 1973, sostenida por esos anónimos obreros y militantes, pero esa ya es otra historia.


Como dijo hace años el notable periodista Enrique Oliva: “Cuando se dice Resistencia Peronista (y con mayúsculas), es porque sus iniciadores fueron exclusivamente peronistas. Los demás partidos políticos, sin excepción, aplaudieron la caída del gobierno popular y colaboraron en la Junta Consultiva avalando sus atropellos. (…)


A los justicialistas no se les reconocía ni siquiera la más mínima condición de ser humano y en esa tarea contribuyeron todos los partidos políticos, las corporaciones económicas. La Iglesia, silencio absoluto. (…)


¿Qué fue de aquella rebelión del 55? Cumplido el objetivo del retorno de Perón a la Patria, cada uno se fue a rehacer sus hogares. (…) Los resistentes peronistas jamás pidieron compensación alguna y menos en dinero. Que esto quede claro. Hoy son abuelos envejecidos, en su inmensa mayoría viven en la pobreza, enfermos, olvidados. No obstante, ellos y sus hijos hicieron cuanto pudieron cuando la Patria los precisó. Y volvieron a la lucha una y otra vez.


Pero, ¿por qué hoy se margina a los peronistas del 55? Ven como una reiterada discriminación desmoralizante, inmoral, el dictarse leyes que han dado “reparaciones económicas” a luchadores a partir de los años 70. ¿Y los años de plomo anteriores no existieron? ¿Se los borró de la historia como a los federales del siglo XIX?


¿Ha sido un pecado imperdonable que la Resistencia del 55 fuera exclusivamente peronista? Nadie se explica ese maltrato. Tampoco el dejar un vacío histórico entre 1955 y 1970”, concluye Oliva en su nota. Palabras que hago mías.



Y acá vienen mis recuerdos

Dejame que te cuente hoy, de los “chumados” del bar La Alicantina,  enfrente de mi casa infantil, acá en Chilecito, que al cabo de una noche de tomar vinos, alguno empezaba masticando en un murmullo, “La Marcha”. Y yo la sentía “bramando” bajito y me iba a espiar por la ventana, mocoso de 8, 10 años, ponele, porque sabía que se estaba por armar quilombo.


Y a La Marcha, al principio, la bramaban bajito, con esa furia contenida durante años, porque les habían quitado al General. Pero después, arrancaban a cogote pelado, porque iban subiendo hasta llegar a: “Mí General, cuanto valés”. 

Y ahí sí, la cantaban con esas ganas que solo salen del fondo del alma, algunos llorando, hasta que alguno soltaba desde el fondo de su alma triste, con toda la furia el grito que hice mío: “¡VIVA PERÓN, MIERDA!”, y  llegaba la cana y se armaba el quilombo.


Dejame que recuerde y homenajee hoy, a esos chumados anónimos,  que los arreaban a patada limpia y palos en el lomo,  a los calabozos de acá, por cantar La Marcha Peronista en pedo. Y allí se quedaban dos días, hasta el siguiente fin de semana, donde volvían a empezar. Y así, durante años.


Dejame que hoy homenajee a ese “anónimo” –que después, mucho después, supe quién era- que solito mi alma, en la tarde del golpe del 55, paró solo, sí señor, él solito, con un 38 en la mano a la turba gorila que llevaba enlazado del  cuello al busto de bronce de Evita, que habían arrancado de acá, de la plaza principal. Fue en la esquina de mi casa, donde estaba el Mercado Municipal y hoy está el Concejo.


Y el macho “anónimo”, se paró solo frente a la turba –tenían metralletas- les apuntó calladito con su 38 y les hizo señas de que soltaran el busto. Los gorilas lo soltaron, lo agarró, lo subió al vehículo que lo esperaba y salió rajando a esconderlo.  Después lo encanaron, varias horas más tarde. 

Le dieron más palizas de las que puedo contar, para que cante dónde carajos estaba el busto. Pero ya lo había enterrado. Y lo hizo tan bien, que se murió, ponele, en 2006 y no lo entregó ni mierda, para que no lo agarren los que lo iban a bastardear con sus discursos hipócritas.


Y por allí está: escondido para siempre, el busto que prueba que acá vivió un macho que se les animó solito, a toda una turba gorila armada, solo para evitar que mancillaran a Evita.


Dejame que hoy homenajee a ese otro luchador “anónimo” –bah, no tanto- que cada noche pintaba con carbón  el frente de su propio negocio ahí, a un par de casas de la mía. Y lo enchastraba bien con el “Perón Vuelve” y cada mañana llegaba la cana y lo blanqueaba y el dueño del negocio ponía cara de boludo, pero había sido él. 

Y a la noche, otra vez escribía su  propio frente y así, cada noche y cada mañana durante tantos años. Hasta  que un día la cana se pudrió y ya no vino más. Y ahí quedó esa pintada, que preservamos mientras el “anónimo” vivió, pero nunca falta un boludo que vino y la tapó después, pero no importa.


Dejame que homenajee a ese viejo cuyo nombre no recordaré, que en La Plata, por ahí cerquita,  hace 40 años, me enseñó como fabricaban ellos “los caños” Peronistas y se reía de mí, pendejo arrogante, que se las creía saber a todas, pero no sabía un carajo. 

Y me contó cómo los armaban y cómo los ponían y el desparramo de cascotes y revoques que dejaban con un pedacito de caño galvanizado, una mecha, un agujerito y bastante pólvora.


Dejame que homenajee a las muchas  mujeres anónimas, como la que conocí hace 3 semanas, en un caserío perdido de Los Llanos ásperos de ésta Rioja Rebelde.


Esa mujer de 82 años -postrada en la cama- que me contó su historia y yo la filmé, narrándome que era obrera  textil en el Gran Buenos Aires, cuando llegó el golpe del 55. Y cómo saboteaban las máquinas de su patrón, que era gorila y tenía una foto enorme de Rojas y Aramburu en el taller. 

Y el tipo enloquecía  tratando de saber cómo  hacían pero  no había manera, porque sus obreras eran todas Peronistas hasta el upite y a la mierda.


Hasta que se avivó y quitó la foto de los dos infames y se acabaron los sabotajes y el gorila entendió que con las mujeres Peronistas no se jode.


Dejame, no me hagás callar que hay mil historias más para contarte. 

Porque hoy es 17 de Octubre y éste día es de ellos: de los que te conté acá. De los miles cuyas historias nunca llegaré a conocer, de los anónimos, de los perseguidos, de los olvidados y abandonados al costado del camino por una dirigencia que les teme, porque sabe que se las bancaron 18 años cuando las cosas estaban feas en serio.


Y que hoy,  luchadores de la Resistencia Peronista, aún resisten callados, sin pedir ni esperar homenajes ni indemnizaciones ni reconocimientos, ni que los inviten a un acto.


Son ellos, los que pintaron la mejor pintada que refleja como ninguna lo que fue la Resistencia Peronista. 

Es esa foto que está allá arriba: la de “a Villa Manuelita le chupan un huevo”.


No hay otra que sintetice mejor lo que fueron esos años. 

Para todos ustedes, compañeros que no leerán esto porque ni computadoras tienen, o ya se me murieron,  acá estoy, firme como soldado y la puta madre, les digo “¡Presente, Carajo!. 

Este 17 de Octubre les pertenece. Gracias por haber resistido. Por eso, por ustedes, hoy estoy aquí”

¡VIVA PERÓN, MIERDA!

Omar Barberis

Periodista

Chilecito (La Rioja)
omarbarberis@gmail.com
 

domingo, julio 28, 2013



Pegarle al chancho, para que aparezca el dueño.


"Hay miles de personas que están nombradas en ese libro y no todas son genocidas. Eso no quiere decir que (Milani) haya sido cómplice de la dictadura. (Estela de Carlotto)

Las causas contra Milani están en la Justicia desde hace 30 años” (Juan Fresneda)



Las frases del copete no aportaron nada útil,  pero causaron un estrago irreparable. Banalizaron lo único que importa: saber la verdad sobre la desaparición del Conscripto Alberto Ledo, en Tucumán, el 17 de junio de 1976.  Ni Carlotto ni Fresneda

–ambos víctimas de la misma dictadura que se ensañó con Ledo- desplegaron ni una exigua expresión solidaria hacia la familia de Alberto. Nada.



El que dude, pregúntele a la familia: ¿Cuántos de los “fervorosos defensores de los DDHH” se comunicaron con la familia Ledo,

-especialmente con su madre, Marcela, integrante de Madres de Plaza de Mayo (sector  de Hebe de Bonafini)- para acompañarles en estos momentos de ansiedad?



¿Tanto cuesta aceptar la equivocación, en lugar de sostener, caprichosamente y a un precio altísimo,  la designación de una persona con –por lo menos-  gruesas fisuras en su historia?



A Alfonsín, la gran mayoría de los apoyos que  había cosechado con la CONADEP y los Juicios a las Juntas, se le evaporaron en instantes, al desdecirse éticamente, con el “Punto Final“ y la “Obediencia Debida”. En esos años, tal vez podía explicarse en la debilidad de la democracia. Había riesgos ciertos (y ocurrieron) de asonadas militares buscando la impunidad para sus crímenes. No me gusta, no estoy de acuerdo, pero lo comprendo.



Pero… ¿Ahora? ¿Es necesaria ésta claudicación de algunos integrantes del gobierno nacional y de emblemáticos militantes de la causa de los derechos humanos como Carlotto y Fresneda? ¿Cómo explicarlos?... ¿Cómo entenderlos? ¿Y el silencio público de Hebe de Bonafini? ¿Alguien los entiende? Yo no.





Cristina -en un buen gesto- recibió al famoso y marketinero nenito caprichoso que quería verla el 25 de mayo.  Tuvo tiempo para darle el gusto. ¿No hay  hueco alguno en su agenda para recibir a la familia Ledo y brindarles en privado las explicaciones que se merecen? ¿O abrazarlos y darles esperanzas de que se hará justicia con Alberto? No pido que salga en público por cadena nacional y en los balcones. Que lo haga en privado y listo. Al final de cuentas, estamos hablando de personas que han defendido al gobierno nacional durante diez años. Ahí están los archivos con decenas de comunicados, firmados por Marcela Ledo.



Las señoras de Ledo y  de Minué, con sus pañuelos blancos  ya recorrían, desde mucho antes,  la plaza principal de La Rioja, cuando ¿recuperamos? la democracia en 1983, en medio de la más infame soledad. A  éste cronista le consta, por haberles hecho compañía alguna vez, viendo el desamparo y deshonra claudicante de los riojanos. Pero hubo alguien que las escoltó siempre y sin descanso, en estos 30 años: el testigo Ramón Olivera, que denunció a César Milani en 1984. Víctima de sus “aprietes”, por decirlo con extrema suavidad.



¿A éstas intachables personas se les podía “acusar”, torpemente de que “se unieron para concretar una operación pretendidamente taquillera”, como afirmó, desaforado, el Secretario de DDHH riojano, Domingo Bordón, otra víctima de la dictadura?... ¿Se  merecían semejantes agravios, los familiares de Alberto Ledo?



¿Es justo que una horda de imbéciles “aplaude-todo” de algunos blogs y de las redes sociales, militantes virtuales y  neuróticos defensores del gobierno y de Milani, hayan llegado a poner en dudas la desaparición de Ledo, en un espeluznante juego de espejos argumental, renovando el: “por algo será”? Algunos ni siquiera habían nacido cuando la familia reclamaba en soledad, por la aparición de Alberto Ledo. ¿Era necesario llegar a semejantes extremos de bajeza?  Hielan la sangre, algunos. ¿Se merece esto Alberto?



Se cuestionó la integridad moral de la familia Ledo. Pero lo siniestro, lo que no admite excusas, es que lo hacen personajes que se guardaron, cobardemente, durante 24 de los 30 años de democracia. Sin contar a los que aparecieron,  desde la nada absoluta, en 2003, sin la menor trayectoria en Derechos Humanos. Siempre, por lo que se ve, los mayores aplaudidores son los que se subieron al tren, cuando ya todo estaba calmo en los cuarteles.



Se puede ser cobarde. Eso lo entiendo. Todos tenemos miedo o lo hemos tenido. Lo que no se puede, es ser hijo de puta, políticamente hablando.



Por incertidumbres menores que las que generan las mentiras de Milani, se echó a la hoguera a varios civiles y militares. Milani cambió tres veces  el “relato” sobre sus inocentes excursiones pictóricas tucumanas. Ya hemos demostrado en la anterior nota,  que en los legajos se falseaban destinos militares, cuando el personaje estaba integrando  escuadrones de la muerte en zonas de combate, como los montes tucumanos. ¿Por qué habría de ser diferente la historia de Milani?



Sus muchas mentiras son las que nos hacen dudar de lo que dice. ¿Cuál será su próxima versión? Primero, ni lo conocía a Ledo y luego fue el instructor del sumario por la fraguada “deserción”. ¡Vaya soldado pavote, Alberto Ledo! Se largó a desertar sin llevarse sus lentes ni robarse una miserable latita de picadillo, para comer por el camino, pero sí se llevó un par de medias, según dijo Milani. ¿A nadie “le hace ruido la cabeza” semejante mentira? A mí, me ensordece el estruendo….



Porque elementos nuevos, que han visto la luz, nos hacen acercarnos a algo más que “dudas razonables”.  Este cronista reveló nuevas mentiras y falsificaciones, hace cuatro días: la “desaparecida” primera foja del legajo de Milani, que aportó –ya sin ingenuidad- Horacio Verbitsky a través del CELS.





"Una vez, es error. Dos veces, es coincidencia. TRES VECES ES COMPLICIDAD"





La copia del legajo de Milani, que el CELS y Verbitsky le aportaron a la Presidenta y a los Senadores, NO CONTIENE  la primera foja. Empieza directamente desde la segunda, que asienta la actividad desde el 16/10/1976, es decir, cuatro meses posteriores a la “desaparición de Alberto Ledo. (N.del A.: Puede comprobarse en la foto adjunta, con los subrayados en rojo).



 Las fechas que SÍ importan  -para saber qué hizo Milani, cuando Ledo era su asistente- son las que van entre el 01/02/1976 hasta el 29/06/1976. (N.del A.: ruego ver las notas anteriores, ya publicadas)



 ¿Por qué le mienten, Presidenta? ¿Qué le están ocultando? No estamos hablando de un papelito intrascendente. Esa primera foja “perdida” contiene 22 renglones, de los que cabe suponer, están ocupados por unos 10 cambios de destinos, contando desde el egreso de Milani como Subteniente, en diciembre de 1975. ¿Por qué Verbitsky y el gobierno escondieron la foja más importante, la que define si Milani dice la verdad?  ¿Hay ya, suficientes motivos para desconfiar abiertamente de la “historia oficial” de Milani? ¿Qué más necesitan Fresneda y Carlotto? ¿Una confesión firmada?



¿Qué "destinos" contienen esos 22 renglones "desaparecidos"?... ¿Otras actividades pictóricas en Tucumán?... ¿O algo peor? Si Milani solo andaba pintando escuelitas, ¿Qué necesidad tenían de esconder la primera foja de su legajo?



Presidenta, pida con urgencia una investigación independiente, de personalidades respetables, antes de seguir adelante con el pliego de Milani. Todos se lo vamos a agradecer, porque acá hay gato escondido.  Corrijo: Subteniente y General “escamoteados”





 A propósito: ¿Milani le dijo a Página 12 que solo había estado 40 días en Tucumán, contados desde el 20 de mayo de 1976 y que "coinciden" (¡vaya sorpresa!) con la fecha en la que cierra el sumario por la supuesta "deserción" del conscripto ALBERTO LEDO?



 ¿Y entonces por qué figura en su legajo, volviendo en "comisión" a Tucumán desde el 16/12/1976 hasta el 11/01/1977? ¿Le quedó alguna escuela sin pintar?.... ¿O alguien quería borrar los rastros de la "deserción" de LEDO?



 Fiscal Federal de Tucumán y querellantes, ahí tienen más preguntas para Milani, “El Pintor"





Más datos de Milani



El 16 de octubre de 1976, estaba en el Batallón 141 de La Rioja. El 10 de noviembre de 1976, sale de licencia anual por 30 días y la pasa en Córdoba (Cabe presumir que en la casa familiar, de Cosquín)



Hay un bache de 6 días en su legajo: entre el 10 al 15 de diciembre de 1976. ¿Qué hizo Milani en esos 6 días, que no podía "asentarse" en su legajo? No me resulta creíble que –en los años de infierno- un subteniente se tomase 6 días de jolgorio, sin que mediare una orden, autorización, etc. o una  sanción por incumplir con la fecha de presentación en su nuevo destino: Tucumán... Al final de cuentas, a Ledo lo declararon “desertor” con solo 5 días de “ausencia”.



Pero, Milani el 16 de diciembre de 1976, aparece en Tucumán, "En comisión ZO Jurisdicción BRICINCO" mediante la  "OD N° 238/76", de acuerdo a su  legajo.



El 11 de enero de 1977, regresa a su destino de La Rioja. De alli para adelante, a los fines de la "deserción" de Alberto Ledo, momentáneamente no me interesa. Más adelante, lo veremos.



Reflexiones finales



Cristina nos genera mucha confianza porque es una mujer que ha sido víctima de la dictadura.(SIC) (...) Nosotras no nos movemos así, no nos movemos con presunciones. Si aparecen nuevas pruebas contra Milani, que hasta ahora no aparecieron, la situación del militar sería otra” (Estela de Carlotto)



Entre los defensores de Milani, ¿Nadie, ¡ni uno solo! se percató de que están defendiendo al máximo jerarca de los Servicios de Inteligencia militares, de la democracia? ¿Nadie se preguntó a quienes vigiló Milani en estos pasados 30 años? No me extrañaría que sus mismos defensores hayan sido los vigilados hace 12, 20, 30 años. O lo sean hoy, lo que explicaría muchas “defensas cerradas”. Se acumula mucha información sensible, en  treinta años.



Verbitsky y el CELS -aunque a regañadientes-, terminaron reconociendo que "se equivocaron" al informar sobre Milani y sus antecedentes. ¿Cuántas veces más “se equivocaron” en estos 30 años, cada vez que evaluaron si un militar estaba “limpio” para ascender al grado siguiente? Yo, por mi cuenta y sin recursos, ya encontré dos “errores” de Verbitsky y el CELS. A uno lo mencioné en la nota anterior. El otro es peor. Ya decidiré cuando hacerlo público.


Miren la segunda foto que acompaña ésta nota: Un Alberto joven, lleno de ilusiones y con la vida por delante. Quería ser profesor de Historia. A quienes defienden a Milani, solo por verticalidad política, ¿No se les arruga el corazón, sabiendo que éste hombre podría saber la verdad? Peor aún: ¿Y si mañana la justicia demostrase que Milani tuvo algo que ver con la desaparición de Alberto Ledo?...



La frase del título de ésta nota, no es inocente. Es un dicho campestre, de uso habitual en La Rioja. Apaleando al chancho, aparecerá el dueño a ver qué pasa con su chancho que chilla.



Fiscal Federal  de Tucumán: Es su turno, señor! Todo huele feo, demasiado feo, Presidenta.... Haga algo, por favor. Gracias.

OMAR BARBERIS
Periodista (Chilecito – La Rioja)